lunes, 18 de marzo de 2013

El desarrollo de valores y actitudes



El aprendizaje de los valores y de las actitudes es un proceso lento y gradual en donde
influyen distintos factores y agentes. Aunque los rasgos de la personalidad y el
carácter de cada quien son decisivos en su adquisición, también desempeñan un papel
indiscutible las experiencias personales previas, el medio donde crecemos, las
actitudes que transmiten las personas significativas, la información y las vivencias
escolares, los medios masivos de comunicación, etcétera. La primera que aparece en el
desarrollo del individuo durante la infancia, es la moral heterónoma, es decir, lo que un
poder o una ley externos determinan como adecuado o no. En ese tipo de moral los
niños se sienten obligados a cumplir las normas morales porque así lo exige una
autoridad superior. Las personas no hacen una elección libre, consciente o
responsable, ni juzgan las normas morales por el valor que tienen en sí mismas, sino
por la fuerza de la jerarquía o autoridad de quien las impone. Explicaciones como: "Yo
sólo obedecía las órdenes de mis superiores", "tenía la obligación de hacerlo", dichas
por torturadores o criminales de guerra, son ejemplos de este tipo de razonamiento
moral. De esta posición, los individuos pasan poco a poco a una moral autónoma. El
púber o adolescente empieza a juzgar las normas morales por la bondad o maldad y
de por intención de los actos que generan independientemente, de quien los impone .

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